Taborda Abogados S.A.S.
PODER FEMENINO: EN AUGE EN LA CARRERA DE DERECHO

Natalia Torres Múnera
Abogada
Especialista en Derecho de la Seguridad Social
En algunos momentos de la historia de occidente, la mujer, en su capacidad para el ejercicio de la vida política, así como en su rol de ciudadana, no fue tan relevante o tomada en cuenta. Fue solo hasta la ilustración, que comenzaron las preguntas por las libertades y los derechos que las mujeres podrían ostentar, teniendo en cuenta que este tipo de cuestionamientos ya se daban desde los griegos y los romanos, pero no concretamente hacia las mujeres. Esto puso sobre la mesa la conversación acerca de la naturaleza de la mujer y sus capacidades, aunque faltarían años para que el debate avanzara y se conquistaran muchos derechos.
En el caso de Colombia, fue en la década de los años 30 y principios de los 40 cuando surgieron los primeros espacios feministas y se comenzaron a constituir estas expresiones del feminismo como una lucha organizada. Se alzó la voz sobre asuntos como el derecho a administrar los bienes, el derecho al voto y el acceso a la educación y cargos públicos, haciendo que las construcciones discursivas comenzaran a tomar otro rumbo, y así, la mujer como sujeto político pudo ocupar otros espacios distintos al hogar o las labores relacionadas con los cuidados. Una de esas posibilidades que le fue abierta, aunque en ocasiones sigue siendo limitada para muchas, fue el acceso a la educación y a estudios universitarios.
En el caso de la educación superior en el país, fue Rosa Rojas Castro, de Tocaima – Cundinamarca, quien en 1942 marcó un hito en la historia de nuestro país siendo la primera graduada de una universidad -el Externado de Colombia- y la primera abogada. Un año más tarde, fue esta misma abogada quien abrió las puertas a otras mujeres colombianas para que pudieran ejercer en cargos públicos, que antes no habían estado disponibles para ellas. Rojas Castro también llegó a ocupar altos cargos en el campo legal, siendo la primera mujer nombrada en por el Tribunal Superior de Bogotá como Juez Tercero del Circuito, en 1943.
El camino recorrido por Rojas Castro abrió caminos para el género femenino no solo por el hecho de ser la primera mujer que tenía este tipo de logros, sino también porque, en una época en la que las mujeres no tenían el derecho a ser elegidas para cargos públicos y ni siquiera podían tener cédula, ella se enfrentó a estas dificultades, a los limitantes del contexto, y gracias a su determinación, logró romper, para ella y para todas las que vinieron detrás, el techo de cristal que le imponía aquellos que cuestionaron su nombramiento como jueza y quisieron hacerlo inválido. La tenacidad de Rojas Castro, y el apoyo que recibió de algunos de sus profesores del Externado, le permitió defender la legalidad de su nombramiento, ganar el pleito, y convertirse en un ejemplo y referente para muchas más mujeres que aspiraban a lo mismo.
Teniendo abierta esta posibilidad, las mujeres pudieron continuar desempeñándose en el campo legal y su participación tomó fuerza y relevancia a finales del siglo XX. En el caso de Colombia, las mujeres ocupan el porcentaje más alto de los estudiantes de derecho, lo que se traduce en una alta participación de ellas en cargos judiciales y firmas de abogados; esto según las cifras de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia.
Si bien en algunos estamentos como la Corte Constitucional se ve el avance en la participación femenina, ya que tanto la presidenta y como la vicepresidenta son mujeres, y de 9 magistrados, 4 son mujeres representando un 44% de los funcionarios, en otros escenarios como la Corte Suprema de Justicia, se sigue viendo una desigualdad debido a que su presidente y vicepresidente son hombres y de 36 magistrados solo 9 son mujeres, porcentaje de participación que alcanza solo el 9% (Universidad Austral de Chile, 2021), sumado a el 15% que es el número de mujeres abogadas que logran escalar a cargos importantes como direcciones de firmas de abogados.

Aunque aún no hay estudios que lo comprueben, se especula que muchas mujeres se retiran en un punto de su ejercicio profesional, y es que no es un secreto que ejercer sus carreras profesionales conlleva una gran exigencia y muchas veces hace difícil el ejercicio de la maternidad. Este asunto abre también preguntas en cuanto a la flexibilidad de los oficios (en este caso del derecho) para que en la balanza no este inclinada solamente al hecho de ser madres, sino que el trabajo pueda ocupar un espacio en ella.
Así pues, la prioridad no debería estar únicamente en el acceso a las mujeres a las carreras de derecho, ya que las cifras muestran que es un asunto que va bien y que, si se considera que solo a finales de los años 50 se graduó la primera mujer en Colombia de la carrera de derecho, se puede decir que el crecimiento ha sido exponencial. Deberíamos ocuparnos entonces de brindar de igual manera las garantías necesarias en cada uno de los ambientes laborales para que estas tengan horarios flexibles o acceso a teletrabajo en el caso de ser madres, tengan facilidad para la lactancia y otras figuras que pueden ser exploradas para que puedan seguir escalando sin problema en el sector legal y puedan ocuparse de las dos responsabilidades.
El hecho de que exista cada día más demanda por parte de las mujeres hacia el ejercicio laboral del derecho hace relevante la preocupación de que puedan crecer y mantenerse como profesionales, porque, como se ha expresado antes, las limitaciones que se ligan al hogar y al ejercer el rol de madres pueden ser disminuidas con estas garantías, y con el cambio cultural tanto en espacios de oficina como en la cotidianidad, se pueden disminuir también estos obstáculos ya que en la mayoría de los casos son producto también de lo social y de la concepción que se tiene del trabajo, los tiempos y los espacios.
Un ejemplo de lo anterior es la concepción existente de los roles de género, donde el papel del hombre en sociedades y formas de pensar más patriarcales está en ser proveedor y no en ocuparse de la familia desde las labores del cuidado. Y la realidad es que el rol a desempeñar en el hogar es independiente del género y depende más del equilibrio de cargas y responsabilidades.
Dicho lo anterior, pueden ser estos ambientes laborales entonces promotores de la idea de que las mujeres no son las únicas encargadas de labores domésticas o parentales y comenzar desde los sitios de trabajo a cambiar los paradigmas alrededor de los roles de género (que se viene haciendo ya en la cotidianidad) e implementar beneficios como tiempo con la familia, permisos, licencias más largas, entre otros, para aquellos hombres que son responsables en el desarrollo de su paternidad. Adicionalmente, este es un cambio que, si bien es cultural y se vine dando en las nuevas generaciones, se puede hacer un aporte desde la empresa abriendo las posibilidades de hablar de esos temas e involucrarlos a todos en conversaciones que ponen en cuestionamiento la concepción de las responsabilidades y tareas como individuos.
Aunque el panorama se encuentra lejos de ser el ideal y aún queda mucho por hacer por la equidad dentro de la profesión, sigue siendo un elemento alentador el hecho de que hoy en día sean entregadas 31.065 tarjetas profesionales a mujeres, superando las 26.307 que son emitidas para los hombres en el país, según estadísticas del Consejo Superior de la Judicatura (La República, 2021). Sin embargo, no se debe pensar solo en los números, sino en las garantías y respaldo que tendrán estas profesionales en el futuro para poder ejercer su carrera y en las condiciones laborales que se deben ofrecer para que sea posible.
Esto solo deja el mensaje de que como país debemos velar por organismos e instituciones que integren las proporciones de hombres y mujeres en sus cargos y que sean flexibles y consientes del equilibrio entre ser trabajador y llevar a cabo un proyecto de vida que va más allá de ejercer un oficio.
Referencias.
Gaviria, N. (22 de septiembre de 2021). En Colombia, más de la mitad del sector legal y estudiantes de derecho son mujeres. La República. https://www.larepublica.co/especiales/la-nueva-era-de-los-abogados/mas-de-la-mitad-de-las-abogadas-y-estudiantes-de-derecho-en-colombia-son-mujeres-3236208
Universidad Austral de Chile. (2021). La participación de las mujeres en los sistemas de justicia en América Latina. https://www.dplf.org/sites/default/files/participacion_de_las_mujeres_en_los_sistemas_de_justicia_en_america_latina_2022.pdf